domingo, 17 de agosto de 2008

Y terminó la clase.

Hace, poco más de medio año que se fué; quienes tuvimos la dicha de ser iluminados con esa suerte de llama cognositiva que fué su palabra, sentimos que se nos va oscureciendo el camino, que debemos recurrir a nuevos faros, a otros medios, esta vez frios e inertes vehiculos de cultura, que sigan alumbrandonos la ruta por la que transitamos.

Se fué el profesor y terminó la clase, se acabó la catedra, y se cerró la enciclopedia melodiosa de su voz, y no sabría hoy decir si más nos instruía o nos orientaba.

Pero es ahora maestro cuando surge tu recuerdo como una tabla salvadora en este mar de soledad, es tu voz la que me habla de soldados heroicos en esta lucha diaria, eres tu nuevamente el de las batallas sacrosantas por sobrevivir sin caer en la indignidad, tu siempre tu, el de las fechas, el de los lugares, el mismo que vencio al tiempo trayendome a mi cama y a mi patio de juegos a Julio Cesar, El Partenon, El Cid, Las Termópilas, Ramses, Versalles, Pachacutec o Cipango.

Te fuiste papá y yo te extraño.

Se fué el profesor y terminó la clase.